1. **1. Prepara los vegetales:** Lava los tomates cherry y córtalos por la mitad o en cuartos, según su tamaño. Lava bien los calabacines. Con un pelador de verduras afilado o una mandolina (ajustada para un corte muy fino), corta el calabacín en láminas muy finas a lo largo. Intenta que queden casi transparentes.

2. **2. Tuesta los piñones (opcional):** En una sartén pequeña y seca (sin aceite), tuesta los piñones a fuego medio-bajo. Remueve constantemente durante 2-3 minutos hasta que estén ligeramente dorados y desprendan un aroma delicioso. Ten mucho cuidado, ya que los piñones se queman con facilidad. Retira del fuego de inmediato y deja enfriar en un plato.

3. **3. Prepara la vinagreta de limón:** En un recipiente pequeño (como un bol o un tarro con tapa), bate enérgicamente el aceite de oliva virgen extra con el jugo de limón fresco, la ralladura de limón, una pizca de sal marina y pimienta negra recién molida. Bate bien hasta que la vinagreta esté emulsionada y ligeramente espesa.

4. **4. Monta la ensalada:** En un plato grande de presentación (o en platos individuales si prefieres), distribuye las láminas de calabacín crudo de forma decorativa, creando una base ligeramente superpuesta.

5. Reparte los tomates cherry cortados de manera uniforme sobre las láminas de calabacín.

6. Desmenuza la burrata con las manos en trozos irregulares, distribuyéndolos generosamente sobre los vegetales.

7. **5. Aliña y sirve:** Justo antes de servir, rocía la ensalada generosamente con la vinagreta de limón.

8. Espolvorea los piñones tostados por encima (si decidiste usarlos) para un toque crujiente. Finalmente, decora con unas hojas frescas de albahaca para realzar el aroma y el color. Sirve de inmediato para disfrutar de la frescura vibrante de todos los ingredientes.